Las hazañas de un defensor.

 

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Iván Madero en el evento de memoria histórica, realizado por CREDHOS | Foto: Ana Milena Velandía.

Iván Madero Vergel, es un reconocido defensor de los DD.HH en la región del Magdalena Medio y actualmente es el presidente de la Corporación Regional para la defensa de los derechos humanos (CREDHOS).

Iván es oriundo de Barrancabermeja, Santander; es hijo de padres  costeños, su madre era de Magangué Bolívar y su padre de San Benito Bolívar. Nacido el 29 de diciembre de 1967, desde muy joven se ha dedicado  al liderazgo social, siendo  presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio Las Malvinas.

“Empecé como  vocero en los comités de cultura y a finales de los 90 fui presidente por muchos años de la junta de acción comunal de las Malvinas” afirmó Madero, quien es egresado de la I.E Diego Hernández de Gallegos y en donde dio sus primeros pasos de liderazgo tanto en el consejo estudiantil, como también en la organización Juventud Comunista.

Sin embargo, el joven Madero tenía otro hobby, en una época se decantaba por la cultura y sobre todo el teatro “en mi época de estudiante de secundaria en el Diego Hernández de Gallegos, dirigí el grupo de teatro” aseveró Iván.

Cuenta que la primera marcha que dirigió,  fue producto del vil asesinato de su compañera de clases, Sandra Rondón Pinto en 1987.  “Desde entonces empecé todo el tema del liderazgo social” afirmó Madero.

Luego de graduarse de bachillerato en  1988, ejerció como profesor en el sector rural del Carmen del Chucurí, donde también generó un liderazgo social, pero argumenta que  le “fue más mal que 3 en un burro”, puesto que  esta marcha del Carmen solo llegó a Llana Caliente, donde estuvieron varios días   retenidos por el ejército, y que culminó con la masacre  de Llana Caliente, a la que el describe como “un hecho macabro en el que asesinaron, no solo al coronel Correa – perteneciente al Batallón Bedoya –  y luego el ejército asesinó un poco de gente, (..) Estuve una semana retenido, en la base con dos personas más; torturado, golpeado” aseveró Iván.

Pero su pasión por la docencia no quedo atrás, puesto que en 1989 se dirigió hacia el municipio de  Yondó Antioquia,  en la vereda Puerto Nuevo Ité, conocida popularmente como ´Cooperativa´, donde nunca habían tenido profesor.

“Ahí asumí otro liderazgo y ahí fue ya donde empecé a incursionar frente al tema de desplazamiento forzado, porque me tocó, desplazarme con las comunidades de allí, varias veces, por los bombardeos que hacía el ejército en operaciones contra insurgentes” declaró Madero. Manifiesta que en esta vereda de Yondó, Antioquia, fue donde se construyó el primer comité veredal de Derechos Humanos, y que había establecido una relación directa con CREDHOS, “pues allí habían amigos de la Juventud Comunista, Francisco Campo, todo mi combo estaba en CREDHOS y con Jorge Romel Lizarazo, empezamos a desarrollar ese trabajo veredal” sostiene Iván.

En 1990 se afilia a la Corporación Regional por la Defensa de los Derechos Humanos CREDHOS y en 1992 regresa a Barrancabermeja a dirigir el albergue campesino ubicado en la comuna 7, en el barrio Campestre del Puerto Petrolero; fue así como en 1993 empezó a incursionar en el tema de Derechos Humanos, “por primera a vez llego a la junta directiva de CREDHOS”. Además de  ser miembro de CREDHOS, era  empleado público de la Administración Municipal de Barrancabermeja, en el departamento de valorización municipal, “me escapaba de mi trabajo para ir a hacer el trabajo de derechos humanos en CREDHOS,  los fines de semana andaba con un Betamax,  un televisor y andaba  de escuela en escuela y de barrio en barrio haciendo pedagogía de derechos humanos, talleres y otras cosas” comenta Madero.

“Ahí es donde ya directamente incursiono en la defensa de los derechos humanos como tal, ¿cómo se hace un defensor de derechos humanos? no hay un protocolo, no hay una metodología estándar como tal,  sino que se hace, empezando a cubrir las desigualdades sociales de una familia pobre, por ejemplo” afirma Iván.

Cuenta que el ser defensor de derechos humanos le ha dejado en  lo personal, dedicarle gran parte su vida a los  derechos humanos, “lo primero es la ética que creces siempre pensando en la ética moral y política, te deja la satisfacción de defender los derechos de las comunidades de generar procesos de resistencia, te deja también un reconocimiento frente a la institucionalidad de como abrir puertas a las organizaciones sociales ante el movimiento social y establecer procesos de accesibilidad frente a la institucionalidad” asevera Madero.

Sin embargo, el ser defensor de derechos humanos le ha traído amenazas, no solo a él, sino también a lo más importante de su vida “La familia”; “Yo me fui exiliado en el 2001, salí desplazado inicialmente  de  Barrancabermeja, hacia  a Bogotá, de Bogotá a Cartagena, nuevamente a regreso a Bogotá en mayo del 2001, en menos de  15 días, sin darme cuenta estaba en Madrid, España” comenta que para él era  una ciudad desconocida,  con una nueva vida que le  costó amoldarse, “creo que por eso estoy nuevamente aquí, porque nunca me acostumbré a estar por fuera de mi ciudad”.

“Allí trabajé como funcionario de amnistía internacional en el secretariado español, trabajé en otras organizaciones como voluntario, hacía lo mismo  que desarrollaba aquí en Colombia, le robaba tiempo a mi vida, a mi trabajo para seguir haciendo el activismo político. Trabaje en un SOS en contra del racismo, fui voluntario con el CEAR que es la corporación española de ayuda al refugiado, estudié todo el tema de salud mental, en una organización que se llama agrupación comunitaria, es una organización de psicólogos comunitarios especialistas en la salud mental” manifestó Madero.

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Iván Madero entregando 30 casos documentados por CREDHOS a la Justicia Especial para la Paz

Fue hasta el 2013, año en el que Iván Madero, pudo regresar a su país y sobre todo a su ciudad natal, comenta que todo lo que aprendió allí en Madrid, España, lo desarrollo aquí en la región del Magdalena Medio, puesto que la parte psicosocial no tenía un campo importante en la organización de la Corporación “Ahí fue donde entendí la importancia del trabajo psico-social en los derechos humanos”.

Actualmente, Iván Madero es el presidente de la organización que lo formó en  defensa de los DD.HH, cuenta sus vivencias y anécdotas de una forma emotiva, lo único que nos queda por compartir es que este hombre, hecho a pulso, es un ejemplo de trabajo colectivo, solidaridad y sobre todo de reivindicación de la justicia social en el territorio.

Escrito por: Ana Milena Velandia

 

 

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